Los COV o compuestos orgánicos volátiles son un gran grupo de productos químicos que se encuentran en muchos materiales, que utilizamos para construir y mantener nuestros viviendas y edificios. Una vez que están dentro de un edificio, son liberados o "expulsados" al aire interior que respiramos. A veces también puedes olerlos ... Y el olor no es un buen indicador de la buena calidad del aire interior.
Ejemplos básicos de COV que están presentes en nuestra vida diaria son: benceno, xileno, etilenglicol, formaldehído y cloruro de metileno. Las fuentes típicas de COV son pinturas o barnices, alfombras nuevas, adhesivos, productos de limpieza, fumar, limpieza en seco, fotocopiadoras, materiales de construcción como espuma y la quema de madera. Los COV también se emiten por humanos y animales a través del aliento, el sudor y directamente de su piel.
El riesgo de problemas con la salud por inhalar cualquier producto químico depende del compuesto químico exacto, la concentración y la duración de la exposición.
Respirar niveles bajos de COV durante un período de tiempo más largo puede aumentar el riesgo de problemas con la salud de algunas personas, especialmente las personas con asma o particularmente sensibles a los productos químicos. Dado que los COV se refieren a un grupo de productos químicos, cada uno de ellos tiene su propia toxicidad y potencial para causar diferentes efectos sobre la salud. El respiro de altos niveles de COV puede causar irritaciones en los ojos, la nariz y la garganta, dolores de cabeza, somnolencia, náuseas, reducción de la concentración y fatiga. Asimismo a largo plazo, puede provocar cáncer y daños en el hígado, los riñones y el sistema nervioso central.
Para proteger su salud, es mejor limitar la exposición a productos y materiales que contienen COV. La mejor manera de reducir los niveles de COV es evitarlos en primer lugar. Se precisa buscar y encontrar las fuentes de COV en su edificio o casa. Solo se deben comprar y conservar las pinturas, detergentes y adhesivos necesarios. Si es necesario almacenarlos, hay que encontrarse un lugar, donde las personas no pasen mucho tiempo para que cuando se produzca un escape, no puedan dañar a nadie.
A veces los COV no se pueden evitar, especialmente durante los trabajos de remodelación o renovación. Cuando no se puede evitarlos, el aumento de la cantidad de aire fresco, que ingresa al ambiente cerrado ayuda a reducir la concentración de COV. Esto se puede hacer abriendo ventanas y puertas o usando ventiladores para maximizar el aire suministrado desde el exterior. La temperatura y humedad relativa hay que mantenerse en niveles posiblemente más bajos, porque los productos químicos liberan más gases a alta temperatura y humedad.
Si desea conocer si la calidad del aire es "segura", puede monitorearla con un sensor especial de COV. Los sensores de TCOV de Sentera, además miden la temperatura y la humedad relativa, la cantidad del total de COV en el aire con una alta selectividad al hidrógeno (H2). En ambientes cerrados, se espera que la concentración de H2 se correlacione bien con las concentraciones de CO2, dado que el aliento humano contiene concentraciones significativas de CO2(4%) y H2 (10 ppm). Esto permite distinguir la influencia de la presencia humana de otros contaminantes y controlar el sistema de ventilación en función de la ocupación de un espacio. Nuestros sensores le informarán, a través de indicadores LED y / o zumbador cuando los COV en el ambiente cerrado hayan alcanzado un nivel de alerta y sea necesario aumentar la ventilación para extraer el aire contaminado del área. Las aplicaciones típicas son salas de fitness, salas de espera, bares nocturnos y restaurantes, así como salas de producción de pinturas, etc.